YO CREO
Yo creo
que la vida no es un hecho fortuito,
es la historia breve de
un libro que no es gratuito.
Yo creo que he sido y
soy un enamorado de las culturas,
del artificio de las
letras y de la quietud de las noches eternas.
Yo creo más en
Sócrates que en otro de sus sucesores.
Yo no creo en Marx,
en Hume, en Smith, no creo en la utopía.
Yo creo en un niño
carpintero de Nazareth y en su Madre María,
que en cada tarde o
al despertar la mañana, alguna plegaria mía les rezaré.
Yo no creo que el
ayer ni el presente presagien nuestro futuro.
Cada día nos es
diferente, pero no absolutamente incierto.
Nosotros, seres mortales
que seremos polvo,
podemos ser eternos,
si hacemos de nuestro vivir, un pequeño huerto.
Yo no creo en los
reinados de la monarquía, ni en la praxis política.
La democracia de hoy
me sabe imperfecta, las cifras no otorgan siempre razón.
Yo creo en el hombre
sabio, porque que no habla mucho
y sus ojos son como
las palabras de un hombre sencillo.
Yo creo que mi niñez
está siempre en mis venas y en mi memoria.
Yo creo haber nacido
de un bello libro materno.
Ya la juventud ni la
fortaleza me acompañan, los años no son los mismos.
Irónicamente, cuando
tengo más años, más me deleitan los libros y los versos.
Yo creo que nuestras
vidas son un universo, compuesto de estrellas de amor.
Y creo que mis historias
y mis versos, serán leídos en el libro del tiempo, yo creo.
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