POEMA NUESTROS ANHELOS
Nuestros
anhelos nos reconfortan en este andar
entre
luces y sombras.
Mis
anhelos motivan mi vida, me inspiran, vienen del Hacedor,
vienen
de un tiempo cercano y lejano.
De
pronto viene a mí el poema, la página y el libro,
me
declaro un poeta errante y pensativo.
Soy
el gestor de mis días, de mi obra literaria.
La
mañana vendrá inquieta, quizás los anhelos se realicen.
Mi
mayor anhelo es contemplar un día que me es gratuito
la
enigmática y bendita eternidad.
¿Cómo
será aquel día final que nos tocará a todos vivir?
Es
un momento ineludible, el juicio final empezará.
Soy
mármol, soy un lector mortal.
Me
identifico con lo más tierno, con lo sutil.
Soy
estrofa, soy melancolía escondida en la memoria.
¡Anhelo
en demasía anhelar el poema!
Homero
anheló regresar a su reino junto a Penélope,
yo
deseo regresar al tácito lugar donde se engendraron
algunas
líneas de cierta estirpe, de cierta altura,
deseo
lo puro, lo inimaginable, lo bello y lo claro.
Sin
anhelos, la vida se torna un vacío indescriptible a mi razón.
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