POEMA TERTULIA
Conversar
gratamente es aquello que hemos dejado de hacer hoy.
La
tertulia congenia nuestras vidas diversas en palabras.
El
diálogo no tiene final, las palabras nunca concluyen.
Una
plática fecunda invita a otra.
Puede
quizás nacer de una vida ejemplar
entre
un café y un par de copas.
De
aquella tertulia nocturna, queda un pensamiento.
Nace
en la primera palabra que pronunciamos,
en
la mesa familiar o en una noche navideña.
La inevitable
tertulia nos encamina
al
conocimento de lo finito e infinito,
al
campo taciturno y poético.
Busco
encumbrar la palabra en el diálogo,
me
hace honor el prójimo con su relato.
Busco
en la conversación lo inimaginable de una afable esperanza.
Pues
tertulias he tenido varias y serán diferentes de las que tendré.
Intelectuales
y poetas ondean sus pensamientos al vaivén de la noche.
He
aprendido el diálogo de citados filósofos griegos
y
he cotejado la palabra y la letra, con mi breve sabiduría.
Creo
que con la espléndida retórica se emancipa el hombre y el continente.
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