POEMA: UN PUEBLO LLAMADO CAMANA
Refugio del alma escondido en un afable balneario,
es
el lugar donde ha permanecido intacta mi
niñez,
donde
me inspiro para evolucionar con la tarde
y donde
la música encuentra encanto y candidez.
En
la palabra Camaná mi ánima encuentra solamente calma,
se
reúnen los cientos de recuerdos ofendiendo y contrariando al olvido.
Viene
ligeramente a mi memoria un pasaje, las callecitas y casas de techos de paja,
el
imponente sol, sus parques y jardines, la comida del lugar y la triangular Catedral,
donde
me inclino ante el Creador de este bello espacio de la tierra,
que
tiene un mar que sabe a una sal poética con estrofas color trigo.
A
Camaná regresaré después de esta larga vida, por ello le ruego
y mi
vida así se hace más vida.
¡Vivo
como si permaneciera allí!
Es
este balneario del sur de mi patria el que me ha cautivado,
allí
me he perdido y encontrado, allí.
Franja
de costa pura y auténtica,
con
palmeras que invitan a conocer nuestro firmamento,
sus
playas nos llaman a permanecer en ellas con solamente observarlas
y
el reloj se detiene ante esta magnífica naturaleza.
Tierra
fecunda, tierra de mi inquieta juventud,
reflejo
del silencio, abundancia de sosiego,
aquí
concluye un resumen anónimo de mi vida,
aquí
el día, la tarde y la noche se asemejan.
¡No me olvides querido balneario, yo nunca lo
haré!
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