ARTICULO BREVE A MIS CINCUENTA AÑOS.

Ya cumplo cincuenta años estimado lector, nací un domingo por la mañanita de un 01 de diciembre de 1974. Lo primero que puedo decir es que estoy agradecido a Dios y a la Virgen, nuestra Madre, por los años concedidos hasta hoy. El tiempo que vivo hoy es lo mejor que he vivido. La vida es efímera, es un regalo de nuestro Hacedor a la humanidad, al mismo tiempo es un gran misterio, un desafío y una aventura.

Tuve una infancia feliz, mi padre fue muy rígido conmigo al educarme  y mi madre me bautizó con su ternura, ambos eran muy sensatos. Estudié tanto la primaria como la secundaria en el colegio jesuita San José, me inculcaron con sabiduría el amor a la Virgen María, pero yo me convertiría realmente  al catolicismo años más tarde, a los veinticuatro o veinticinco años, en el Movimiento de Vida Cristiana, así lo recuerdo y presento hoy. Me encontré con Cristo a esa edad.

Mi mejor amigo en la infancia fue Bruno, lo volví a ver años más tarde, debido a que fui profesor de su esposa, enseñé con esmero y pasión materias en  ciencias económicas y administrativas y cursos de humanidades en el Instituto del Sur, otros institutos y en diversas universidades.

En mi niñez viajé mucho con mi familia a la playa, especialmente al balneario de Camaná, también fuimos a Mollendo, Moquegua, Tacna e Ilo, lugares del Perú que reúnen los requisitos para calificarlos de inolvidables. Ojalá vuelva a Camaná, aquella franja de Costa ha quebrantado mi alma, allí estuve por más de treinta veces. El mar invita a meditar y a reflexionar, es parte de su encanto. Jugué y me divertí incansablemente con mis amigos y hermanos. Me hubiese gustado tener una hermana. De niño leí la novela La Cabaña del Tío Tom de Harriet Beecher Stowe, me fascinó la trama, creo que fue el primer libro que leí. Desde entonces, empezó la aventura por el mundo de la literatura, más tarde en mi juventud Dios me llamó a ser escritor. Empecé escribiendo poemas y cuentos que los he logrado publicar y tengo algunos inéditos. Me atraparon la pluma de Jorge Luis Borges, César Vallejo, Julio Ramón Ribeyro, Charles Dickens, Mario Vargas Llosa, Willian Shakespeare, Ernesto Sábato, José María Arguedas, Mario Benedetti, Gabriela Mistral, G.K. Chesterton y tantos otros. He leído y leo a autores cristianos, agnósticos y ateos, no soy ecléctico. Cambié los patios por las bibliotecas. El tiempo no pasa en vano, se cosecha de la siembra de los primeros años. Puedo decir también que detesto las guerras, soy un hombre de paz y que defiende la vida humana desde la concepción hasta su muerte natural. No deseo llegar a ser viejo, no llegaré a esa edad, eso pido e intuyo.

He cometido pecados graves en mi vida, estoy muy arrepentido de ello y he sido bendecido con la misericordia divina. De niño hablaba más que hoy, prefiero decir las cosas escritas y busco la pureza como virtud, quiero tener los ojos con los que Cristo, mi mejor amigo, ve el mundo. Admiro la belleza femenina y me he enamorado muchas veces. Me casé a los treinta años, solamente Dios sabía que después me enfermaría. Viví con mi hija Belén por el espacio de más de cinco años y a quien le he dedicado parte de mi obra literaria. Me separé de una manera pacífica y cristiana, estoy seguro que fue lo mejor, especialmente para Belén. La soledad me acompañará hasta el último día. Con Belén somos más amigos que antes. Mi niña ya creció y su juventud es la mía de alguna manera, como digo, los años enseñan a vivir. Hemos compartido momentos inolvidables en los parques, yendo juntos a Misa, caminando por los centros comerciales, en la playa de Camaná, en la casa de mis padres, tantos momentos, que los he reunido como una película en mi memoria. Le enseñé a leer, a comer y a realizar eficientemente las operaciones aritméticas, que casi todos tenemos la buena oportunidad de aprender. Creo ser un buen papá, mi pequeña alegría es mi confidente. Realmente sobre Belén tendría que contarlo todo en un libro aparte. Le inculco el amor a Cristo, a Dios y  a Nuestra Santa Madre. Deseo que crezca en mente y espíritu. Nos acompañamos de una especial manera y al modo de vivir de cada uno.

He tenido alrededor de treinta pequeños trabajos como relato en mis memorias Los días de un escritor, ya no tengo a mis padres al lado mío, ya están juntos como ángeles en cielo, los extraño inmensamente y con mi mente recorro sus vidas y evoco momentos que vivimos juntos. Mis padres se llaman Mauro y Tula. Mi primer trabajo fue la de ser vendedor de almanaques empresariales y ejecutivos, tuve mi pequeño negocio de venta de ropa juvenil hace décadas, era muy joven en ese entonces, he sido Catedrático en tres universidades e Investigador en una de ellas. Fui docente en varios institutos tecnológicos, la vocación de ser docente corre por mi sangre desde mi juventud y se la debo con honor a Dios y a mis padres. He quedado con gratitud en la mente y el corazón de miles de jóvenes que anhelan una vida mejor. Mi vocación de escritor nació a los trece años, escribiendo algunos cuentos y poemas, hacía anillar mis libros o los empastaba. Fui más disciplinado como escritor en mi juventud y más maduro en mi adultez. Por salud, tuve que dejar mi trabajo en el Instituto del Sur, donde me dediqué a enseñar y a indagar en temas económicos, sociales y culturales. Pero, no he dejado de ser escritor, en los últimos años de mi vida he leído, escrito y publicado más. Hasta hoy, he publicado siete libros y tengo cinco libros por publicar. Actualmente escribo mi segunda novela breve. Con mi poema Ojos Tristes gané mi primer concurso literario a nivel internacional en la Editorial EDBROH, que publicó un libro titulado Voces con poemas y cuentos de los ganadores. En mi familia se alegraron en demasía cuando fui uno de los ganadores del Concurso de Cuentos del diario El Comercio el 2014. Mi madre me ayudó económicamente a publicar un poemario titulado Impronta el 2012. Mi familia ha colaborado conmigo de diversas maneras en publicar mis libros (cinco he publicado como ebook a nivel mundial hasta escribir estas breves líneas, uno en AMAZON  y otro en una editorial de mi ciudad). Deseo escribir y seguir publicando hasta el último día, soy muy feliz al hacerlo. La literatura hace de mí un intrépido lector. Soy amigo por mis lecturas de varios autores, prefiero los escritores y pensadores cristianos, dado que comulgan conmigo su pensamiento. Yo no estudié para ser escritor, soy un autodidacta en este oficio.

He sido columnista en los diarios Arequipa al día, El Pueblo y  Encuentro. Mi experiencia escribiendo artículos es muy aleccionadora como útil. Critiqué la dictadura de Chávez, la ineficacia del gobierno de Humala y resalté la vida y obra de escritores, entre tantos temas. Puedo añadir que también soy un terco lector de libros de filosofía y teología. Le ruego a Dios salud y piedad. He aprendido a vivir con infaltable felicidad en estos cincuenta años.

Octubre, 2024

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