ARTICULO:BORGES; EL OTRO, EL MISMO
Borges, los inicios tempranos
Siempre
va ser difícil hablar de Jorge Luis Borges. Quizás para Bioy Casares o Ernesto
Sábato resulte más fácil, por la cercanía al escritor o más difícil; ya que
al haber tenido amistad con el célebre
poeta, el misterio de Borges, resulte aún más inexplicable para ellos.
El
gran escritor argentino, de padre abogado y docente de psicología, y de madre
uruguaya, tuvo la inclinación por las letras inglesas desde niño, lo cual
provino de la familia de su padre.
Borges
se crió en el barrio de Palermo, donde observó constantes peleas callejeras y
el itinerario de los que llegan a tierras argentinas. El mundo de las letras
vino a él a pronta edad. Su primer cuento lo escribió a los siete años y
tradujo una obra de Wilde del inglés al castellano. Se vislumbraba ya en el
niño Borges, el gran predilecto de escribir para la literatura mundial.
Su
primer poemario, Fervor de Buenos Aires,
dedicada por el poeta al reencuentro con su tierra, luego de su estadía en
España. Sostienen algunos que fue aquella una edición apurada de treinta y tres
poemas con varias correcciones. El epígrafe de ese libro, publicado en 1923, me
capturó desde el inicio. ”Si las páginas de este libro consienten algún verso
feliz, perdóneme el lector la descortesía de haberlo usurpado yo, previamente.
Nuestras nadas, poco difieren; es trivial y fortuita la circunstancia de que
seas tú el lector de estos ejercicios y yo su redactor”. Con lo cual, la
sentencia literaria está dictada; la vocación literaria es indistinta y a
nosotros nos correspondió leer a Borges.
Desde
infante vivió creando cuentos, historias, recopilando datos, perfilando sus
versos, esbozando ensayos de sus autores preferidos. Escribía mucho en la
mente, lo que después estaría en sus páginas. Intervino en publicaciones de
varias revistas, como fueron :Prisma (con dos ediciones), Cosmópolis, Nosotros,
Ultra, etc.
Borges y la guerra
En
1946, Juan Domingo Perón fue elegido Presidente en Argentina. El escritor ya no
ejerció su labor de bibliotecario. Se pronunció en contra del peronismo y las
dictaduras, calificándolas de serviles e idiotas. Expresó en 1982 que si su
país recuperaba Las Malvinas, los
militares se hubieran perpetuado en el poder. Criticó inútilmente la muerte de
jóvenes en dicha guerra contra los ingleses. Aquí, no insertó y consideró el
efecto que tenía a los gobiernos monárquicos; pero si lo hizo, pecó de
subjetivo.
Cuenta
la anécdota que Borges escribió una carta argumentando que los militares no
escuchaban el ruido de una bala por sus orejas. Un general le dio una
respuesta, diciendo que él sí había escuchado el ruido de una bala por sus
orejas. A lo cual, el ácido escritor respondió: ”Hay un solo general argentino
que alguna vez ha escuchado el ruido de
una bala por sus orejas”.
La ceguera progresiva y la poesía
Para
un asiduo lector como fue Borges, la pérdida gradual de la vista le resulta
como perder el alma. Sin embargo, nuestro afamado escritor no la perdió. De su
padre heredó la desdicha de ir perdiendo la vista, pero al mismo tiempo, fue
madurando el gran poeta, cuentista y ensayista que es. Los escritores no
mueren. Lo que no veían sus ojos, vislumbraba su alma y juicio.
Borges,
no miró en la poesía, el arte de plasmar todo lo subjetivo y lo emocional. Su
opción literaria por la corriente ultraísta lo llevó a concebir una lírica
donde no se pregona el amor, lo afectivo y la experiencia de Dios, pues fue agnóstico.
Versos leídos pero no compartidos con el gran poeta.
Para
mí la poesía es vida, expresada en todo el quehacer humano. Su naturaleza también es subjetiva, porque interviene el
ser de quien escribe, su experiencia humana, su necesidad de trascendencia. No
hay verso escrito, que no desate pasión alguna en su redactor. Todo esto
merece, desde luego, miles de líneas aparte.
Un personaje predilecto: Don
Quijote de la Mancha
Decir
Alonso Quijano, quizás sea entre el mundo de lo real y lo ficticio, decir Jorge
Luis Borges. Decir de la Mancha, quizás equivalga a sentenciar el mundo mental
de la aventura, de lo cósmico, lo cuántico, lo universal y lo humano.
Borges
admiró a Cervantes y a su mayor creación: El Quijote. Hizo un ensayo sobre la
relación entre ambos. Se identificó con el autor y el personaje simultánea y
espontáneamente. Borges era el Quijote por sus lecturas abundantes de libros,
ya que el paraíso ficticio borgiano era una gran biblioteca. Extrajo de las
salidas aventurescas, su travesía por el mundo de la irreal y lo real. Era un
Caballero armado de cuentos y ficciones en cada viaje, era un Hidalgo
cabalgando por las letras de nuestra literatura universal e ingenioso hombre
para crear momentos, situaciones y personajes.
Los miedos
Creo
que desde niño tenía cierto miedo a los espejos, aspecto extraño desde el punto
de vista de las fobias. Sus biógrafos indican que llevó una vida muy ajustada
al tiempo y a los quehaceres, poco usual para romper rutinas y hombre muy
puntual de costumbres inglesas. El poema Si
volviese a vivir falsamente se le atribuye, donde relatan a un hombre
dispuesto a hacer mayores paseos en calesita y a tener mayor relación con la
naturaleza.
Alguien
tan formal para vivir, ocultaría posiblemente un miedo a las relaciones
personales o al hecho de encontrarse en su propia obra consigo mismo. Aquello,
nunca lo sabremos con precisión, salvo que María Kodama lo hubiera rectificado.
Lo que si sabemos es que sus miedos estarían en sus cuentos y en esa gran
capacidad de inventar increíbles ficciones.
Borges
es uno de mis grandes maestros, al cual recurro en mis lecturas diarias.
Marzo, 2024
De mi décimo libro, que lleva el mismo nombre.
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