ARTICULO: EL PENSAMIENTO INIGUALABLE DE SANTO TOMAS DE AQUINO
Si
hay alguien de quien hablar y escribir
es sobre el pensador escolástico Santo Tomás de Aquino, del cual se habla hasta
hoy. De la Orden de los Predicadores, defensor de la teología natural y Doctor
de la Iglesia Católica. Profundizó de manera brillante en el pensamiento de San
Agustín y comentó la obra de Aristóteles.
Particularmente
he estudiado años atrás la Suma Teológica
haciendo algunos apuntes, la cual, es una exposición y una deducción de la
verdades de fe, donde establece la posición contraria al dogma o principio
católico, de esa manera demuestra la verdad, que es la intención final. Es
autor de Suma Contra Gentiles, donde
defiende como G.K. Chesterton todo el contenido de nuestra fe católica para la
conversión de millones de almas.
Predijeron
a su madre Teodora que su hijo llegaría a ser santo y pertenecería a los
Dominicos. Fue un extraordinario alumno de Alberto Magno, de quien recibió la
fuente doctrinal de su obra. En la abadía de Montecasino inició sus estudios
teológicos, allí empezó todo el intenso trajinar intelectual de su vida. Más
tarde enseñaría con paciencia y sabiduría en la Universidad de París la materia
de Teología. Contradijo con suma sagacidad las ideas averroístas de su época.
Fue
canonizado cincuenta años después de su muerte, que fue en 1274 en Terracina.
Su obra une magistralmente el
pensamiento aristotélico con el cristiano. En ella destacan comentarios sobre
filosofía y liturgia. Escribió Scriptum
Super Sententias, que es una síntesis teológica, también tratados de
confrontaciones académicas, interpretaciones sobre la Biblia, glosas de los
Padres de la Iglesia sobre los evangelios, discernió inteligentemente sobre el
aporte aristotélico al mundo. También redactó responsas y estudió a Boecio y
Proclo, escribió quince letras sobre letras sobre filosofía, teología y
política. También oraciones (las que rezaría) y un texto litúrgico.
En
su filosofía enlaza la esencia con la potencia aristotélica y la existencia con
el acto. A la verdad del intelecto humano le denomina verdad ontológica. Dios
nos ayuda a conocer la realidad y la verdad, para eso nos dio el entendimiento.
Su perspectiva moral está fundamentada en la doctrina de los estoicos.
Planteó
cuatro tipos de leyes: Divina, eterna, humana y natural. En mi criterio creo que
las leyes divina y natural son las más
importantes. Su obra filosófica y teológica tiene un sólido fundamento, estudió
y rezó incansablemente este buen predicador de Dios, que me enseña a caminar
por la verdad con inteligencia y humildad.
La
sindéresis de la cual habla tiene su contenido en los principios de la ley
moral. Las virtudes cardinales de
Santo Tomás son la prudencia, la justicia, la templanza y
la fortaleza; y las virtudes
teologales son la fe, la esperanza y
la caridad. Estas virtudes están en el
Catecismo de la Iglesia Católica. De todas ellas la que más nos perfecciona
como personas y creyentes es la caridad.
Distinguió tres tipos de falsedades o mentiras: la útil, la
humorística y la maliciosa. No estoy de acuerdo con la útil, la mentira es un
pecado y no creo que exista una mentira que nos pueda servir. El filósofo
prusiano Inmanuel Kant criticó la base del bien en la moral tomista, para ello
debe haber estudiado con destreza su ética.
Su ideal de la existencia humana es la unión eterna con Dios,
es el destino de nuestras vidas y lo que le da sentido a todo. Es una visión
trascendental, la misma que enseñó Cristo cuando prometió el reino de los
cielos a los justos.
En política planteó que la peor forma de gobierno es la
tiranía, lo que nosotros vemos en las dictaduras, las que niegan la libertad
humana y religiosa. En otro comentario escribiré sobre la imperfección de la
democracia, la que nos rige principalmente hoy. Un buen gobierno y justo es el que se guía por el bien común y lo
logra, es la idea que defiende la iglesia y la que yo comulgo. Es lo que
aprendí cuando enseñé hace algunos años Doctrina Social de la Iglesia y
Economía. Hasta hoy pienso lo mismo. La mejor forma de gobierno para Aquino es
la república.
En el tema económico soslayó el precio justo, el precio
regulado que cubra los costos de producción. Este tema está en la Doctrina
Social de la Iglesia, que postula la idea de un estado promotor y donde los
precios sean supervisados, no dictados simplemente por la ley de oferta y
demanda. Particularmente concuerdo con los postulados económicos de la DSI.
Dijo que los principios racionales no son contrarios a las
verdades de fe existentes. La gracia de la fe tiene el poder de perfeccionar la
naturaleza y en mi experiencia católica otorgar milagros y ceder con
misericordia a las peticiones humanas. Para Dios todo es posible, en eso creo,
es lo que está en las Sagradas Escrituras, es lo que rezo día a día.
Existen verdades racionales y de fe, que están en los dogmas
del Catecismo. Hay verdades de fe que provienen de la tradición cristiana desde
los apóstoles y otras reveladas por el mismo Dios. En la Suma Teológica demuestra la existencia de un Dios católico y escribe
sobre el problema del mal. Muchos filósofos han demostrado por evidencia la
existencia de un Dios, solamente algunos de un Dios cristiano y católico como
el buen Aquino.
En su época se enfrentó ideológicamente a los agustinistas
por su realismo aristotélico, considero este hecho como una confrontación
necesaria. Planteó que Dios es el
fundamento de lo que es, como nuestro Creador se define: “Yo soy el que soy”.
Es necesario un ser por el que tengan ser y sentido las cosas que percibimos y
conocemos. Concuerda con la idea aristotélica de un primer motor móvil que es
el que origina todo y está en las cinco vías de las cuales habla con firmeza. El
planteamiento tomista es que Dios es una causa incausada que produce a su
efecto, que es una verdad filosófica y hasta evidente a luz del conocimiento.
Dios es toda bondad y piedad, lo que experimentamos en el corazón, en nuestro
espíritu y en el perdón; es el Dios que conocemos por nuestros padres, Cristo y
los santos. Hay muchas maneras de conocer a nuestro Creador, una de ellas es la
Biblia, especialmente los evangelios de los hagiógrafos y otra es la oración
constante que nos convierte. Hay dos vías para conocerlo y amarlo, la negativa y la
afirmativa.
Yo conozco a Dios por la presencia de Cristo en mi corazón,
por medio de él es que le confío mi vida y la de mi prójimo, yo que soy un
pecador reconciliado. Al amar a los más necesitados, amo más a Dios y deseo la
vida eterna. Nuestro Dios es simple, perfecto, infinito, inmutable, eterno, uno
y todopoderoso.
La metafísica tomista está basada en la doctrina de
Aristóteles, donde nos preguntamos sobre nuestro ser, existencia, el tiempo y
el espacio. Es un mundo fascinante la metafísica.
La verdad de la Santísima Trinidad requiere de fe más que
intelecto para creer en ella, también fue estudiada por San Agustín de Hipona, del
cual también escribiré. Es el Bautismo de Nuestro Señor Jesucristo uno de los
escenarios que revela esta verdad de fe.
El Padre genera al Hijo o al Verbo por la relación que tienen
de autoconciencia. Entre ambos hay uno unión íntima. Cristo fue creado por amor
infinito del Padre y vino al mundo a
restaurar la naturaleza humana herida por el pecado y a elevar nuestra
dignidad, se despojó y olvidó de sí
mismo para salvarnos, para cumplir las profecías y para demostrar que la
resurrección es cierta.
Nuestra naturaleza y alma serán plenas en el cielo, al cual
estamos llamados por el mismo Dios desde nuestra concepción. No encuentro igual
que Aquino otra razón de nuestra existencia en este mundo. Dios es causa
eficiente de la creación, de todo lo que vemos y existe, nos otorgó dones y
talentos para vivir. Es también creador de espíritus y materia prima del mundo,
con Dios todo tiene un principio. Santo Tomás es un extraordinario exponente de
la teoría hilemórfica (alma y cuerpo), que es la que aprendemos al leer el Catecismo. Estudió teología y filosofía de
una manera excepcional, unida a una vida santa, todo esto produjo su obra. Nos
mostró a un Dios que es solamente acto y no potencia, lo cual filosóficamente tiene
sentido; mientras que las creaturas somos acto y potencia.
El alma humana que contiene nuestra psique produce nuestro entendimiento
y manera de conocer las cosas y la realidad. Nuestro pecado es un hecho que va
contra la ley eterna y sus efectos son múltiples, de allí el propósito de todo cristiano y católico de no volver a
pecar, lo que requiere voluntad y oración firme. Nuestra Madre fue purificada
del pecado original antes de nacer, es el sustento del dogma mariano de la
Inmaculada Concepción.
El hereje es una persona sin fe, seducido por la soberbia para
postular argumentos falsos. La herejía corrompe el alma. No estoy de acuerdo con la pena de muerte para los herejes, el
mandamiento “No matarás” es muy claro en Cristo. Ha sido un pecado serio el haber
ejecutado a personas herejes, existiendo otros caminos de solución.
En
la otra vida prometida nuestra alma será premiada o castigada en la existencia
corporal. La resurrección es una promesa y un hecho verdadero que premiará a
las personas justas y las que sufrieron en este mundo, nos unirá por siempre
con Dios en cuerpo glorioso. Yo me pregunto siempre ¿Cómo será aquello? Será como
volver a nacer, esa esperanza debemos tener.
Conoció
y estudió con su agudeza, inquieta destreza y objetividad a los estoicos como
los antecedentes de la ley natural. La descripción que hizo de la ley natural
es la ética de católicos y no católicos, ese fue uno de sus diversos aportes. Aparte
de leer la Biblia también leyó los decretos de los concilios, todo esto le
sirvió como referencia útil. Teólogos escolásticos como Juan Duns Scoto y
Guillermo de Ockham observaron su pensamiento. San Juan de la Cruz utilizó las
ideas tomistas para describir los mecanismos espirituales. Durante la época de la Ilustración su doctrina
fue vista despectivamente como tradicionalismo. El libro más trascendental de
los escolásticos es la Suma Teológica,
los invito a estudiarla, es un reto. Argumentó sabiamente que Dios puede ser
demostrado a través de sus efectos. Tenía una gran alma eucarística. Le tengo
devoción a Aquino.
Abril, 2025
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